ADVERTENCIA: Lo que leerán a continuación puede no interesarles..

domingo, 5 de septiembre de 2010

omG! y ahora, en qué nos vamos??

Ya van tres veces en esta semana en las que pienso que el sistema de transportes en el país es realmente una tontería. Pero mas que en eso, he pensado en las soluciones que se han venido dando y en las que aún no se han dado y podrían darse.
Para los conductores peruanos es normal ver un bus de transporte público correr como si estuviera en una carrera de NASCAR. Es común ver que la gente no sube al transporte público en paraderos y que bajan de los buses en medio de la pista. Son mundialmente conocidos y algo que jamás podría faltar: el chofer de combi y su infaltable amigo "El cobrador".
El cobrador, quien se pasa la vida gritando de paradero en paradero; conocido por su vocabulario complejo (es mas se reconoce como un lenguaje propio de su oficio) y sus clásicos "pie izquierdo", "pisa, pisa", "baja, baja" y el infaltable "pasaje, pasaje". Es el tipo que te acecha e instiga a pagar con sencillo, reclamando un buen trato ante su maltrato y llegando al extremo de no querer darte vuelto por falta de cambio ¬¬...
Hasta ahí con el cobrador, sigamos con el chofer: este personaje es el mas conocido pero el menos escuchado, tan odiado como su fiel compañero. El chofer de combi es naturalmente conocido por sus habilidades para los deportes extremos, maneja su combi como si de un ferrari se tratara; exhibe sus destrezas por las calles limeñas asustando a todo aquel que se ponga por delante, por detrás y en realidad por cualquier lado. Es reconocido por contribuir al fortalecimiento de la fe, en sus pasajeros, sobre todo en momentos de alta tensión (si se acerca una combi en plena carrera, entre otros motivos). La labor que desarrolla es atractivo turístico ya que califica como deporte nacional.

Conclusión, necesitamos cambiar de sistema, si es posible unos buses que no necesiten cobrador y mejor aún que no necesiten chofer.

Solución: un tren. El tren no requiere de un molesto cobrador ni de un chofer de carreras.

Crítica: si hubiera un tren la gente se quejaría. Sí, a pesar de no tener al chofer ni al cobrador, apuesto que la gente en vez de pensar en su seguridad prefiere que los lleven hasta lo mas cerca de su casa, cosa que un tren (por obvias razones) no podría hacer. Los buses pueden pasar por mas lugares, su recorrido es mas amplio y menos directo, permitiendo así que la gente pueda tomar un bus para ahorrarse una cuadra de caminata. Con un tren esto sería imposible, la gente tendría que acostumbrarse a usar los paraderos y a caminar un poco.

Solución a la crítica: Como el tren no va a parar en donde a uno se le antoje sino solo en los paraderos, habría que lograr que las personas interiorizaran la costumbre de usar los paraderos. Slogans como "el paradero no es malo, es tu amigo" serían de mucha ayuda. Comenzar con los padres, seguir con los niños. Con los abuelitos es tarea imposible, así que es mejor no intentar, sería una perdida de tiempo, además a su edad ya no deberían salir a las calles, quedarse en su casa suena mejor.

Conclusión reformulada: Un sistema de trenes arreglaría la vida de muchos usuarios del transporte público, los conductores particulares y sobre todo la de los peatones, no tener que enfrentarse a diario con el enemigo: LA COMBI ASESINA.
Se deben utilizar mecanismos que logren atraer la atención de los futuros usuarios de los trenes. Hacerlos entender que caminar no está mal y que en realidad es bueno para la salud (por ahí y hasta bajan unos kilos). Lograr que interioricen que el paradero no es una dimensión desconocida, que se los va a tragar y llevar a otro mundo. En pocas palabras, crear una campaña del uso de paraderos.

Continuará...

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