No hay nada más reconfortante que echarse en el mueble de la sala a ver tele mientras tomas un delicioso mocca en invierno, o te sientas en la terraza bajo la luz un sol de verano mientras escuchas buena música y compartes las más locas historias con los amigos. Todo parece ser perfecto, el aire, la música, el mocca, hasta el invierno mismo, pero no todo es felicidad cuando vives en un DEPARTAMENTO.
Un departamento, mas chiquito que una casa, mas grande que… bueno más grande que nada, porque no hay nada mas chiquito que un depa a menos que seas extremista y vivas en un remolque. Un departamento puede ser también un buen lugar, claro hay un problema y se llama VECINOS, sí, vecinos, esa palabra que oculta cierto misterio, dícese del que habita cerca a ti, pero este no habita cerca, sino abajo tuyo, un techo los separa, tu bulla es su bulla, su tono tu insomnio, su parrilla dulce aroma de tus polos, las pelusas de su perro tu fino accesorio. Y es que con los vecinos compartes más que las escaleras o el ascensor, compartes el estacionamiento, los problemas y la limpieza del edificio. Si fuera un edificio enorme, entonces no habría mayor problema, serían tantos que haría más dificultoso que todos se pongan de acuerdo y se tengan que saludar cuando pasan, pero cuando es un depa de 4 pisos entonces ni modo, conoces a la mala a los vecinos y los tienes que saludar, a la mala también.
Vecinos, infames vecinos, te tragas su huachafería, mientras pasas a tu piso. Es un asco realmente lo que tus vecinos pueden poner en la entrada de su casa, en las áreas comunes, que terribles cosas puedes ver, debes tener cuidado porque puedes tener pesadillas. Tenemos, sin embargo, todo tipo de vecinos: los huachafos, colores brillantes y flores ornamentales de plástico, no te sorprendas si las ves mientras subes a tu piso; tenemos también a los vecinos pleitistas, esos que arman bronca por todo, sí señores por todo, si estacionas mal el carro (y ellos ni siquiera tienen carro), si no riegas bien las plantas, que lo hagan ellos pues si tanto les gustan las plantas. También tenemos a los vecinos conchudos, esos que les das la mano y se agarran tu estacionamiento, meten 3 carros al estacionamiento cuando solo le pertenece un espacio, y para colmo te piden favores: “upss se me malogro el carro (cuál de todos me pregunto) me jalas al trabajo”. Otros vecinos que si bien no son huachafos ni feos ni conchudos son la envidia de los demás vecinos: los vecinos tono, esos que siempre se arman el tono cada sábado del año, ya no sabes a quien le toca esta vez, la vez pasada fue la mamá, después el papá, luego que el hijo, de ahí que la abuela y terminan celebrando por parciales por finales por mitades y por todo, todo el año, cada sábado y fin de semana jueves y viernes también, ya parece el banquete de Platón, tres días seguidos y un Sócrates al que no le afecta tanto vino.
Vecinitos, quien los necesita!! Ojala las casas las hicieran separadas 20 metros una de otra y aseguro que todo sería mejor, ya no habrían problemas, no tendríamos que llamar a serenazgo para que le apaguen la radio a los vecinos bulleros porque no nos invitaron.
Como serán las relaciones vecinales en otros lados, fácil en otros lados los vecinos también se llevan mal y se roban entre ellos y después piden rescate, jajaja hay de todo mejor cuidarse de los vecinos, que están tan cerca y nunca se sabe lo que pasa por su cabeza.
como en las granjas de eeuu??..entre casa y casa los separa un viajecito de media hora en carro
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